Este instrumento, financiado por empleadores y funcionarios, se activa ante la pérdida de empleo, sea esta originada por una desvinculación o por una renuncia voluntaria.
Perder el trabajo es uno de los mayores temores que enfrentan los empleados de cualquier industria; inquietud que en tiempos de contracción económica se agudiza. Sin embargo, existe una herramienta que ayuda a paliar las consecuencias que se desprenden del hecho de prescindir de un ingreso. Se trata del Seguro de Cesantía, que creado por la Ley 19.728, comenzó a aplicarse en octubre de 2002 con la intención de “proteger a las personas que están sin trabajo, ya sea por causas voluntarias o no”, explica la Subgerente del Área Previsional de Alfredo Cruz y Compañía, Carla Heap.
Dicho instrumento es financiado por los trabajadores dependientes, mayores de 18 años, que inicien una relación laboral y/o por sus empleadores, quienes están obligados a cotizar hasta 11 años por cada funcionario, dependiendo del tipo de contrato que se suscriba.
“En caso de un contrato a plazo fijo, todo el costo es de cargo del empleador, quien debe cotizar mensualmente el 3% de su remuneración imponible, con un tope de UF111,4, del que el 2,8% se acumula en la cuenta individual del asalariado y el 0,2% restante ingresa al Fondo de Cesantía Solidario”, relata la ejecutiva.
En tanto, cuando se trata de un convenio indefinido, el financiamiento lo realizan los trabajadores, cotizando el 0,6% de su remuneración imponible, y por la empresa con un 2,4% del mismo monto, “de este último, solo el 1,6% se abona a la cuenta individual de la persona, mientras que el 0,8% restante se destina al Fondo Solidario”,agrega Carla Heap.
Una vez recaudados, los montos son invertidos en distintos instrumentos de renta fija o variable, según porcentajes que son definidos por la Administradora de Fondos de Cesantía (AFC), cuya rentabilidad es propiedad de cada afiliado y, por lo tanto, abonada periódicamente en sus respectivas cuentas personales.
Además del beneficio monetario, entre las herramientas que entrega el Seguro de Cesantía destacan la asistencia para la búsqueda de un nuevo trabajo, protección de salud, asignaciones familiares y capacitación.
A lo anterior, se suma que, al momento del retiro, los montos no pagan impuestos y -en caso de fallecimiento son destinados a los beneficiarios definidos por cada persona.