Un buen asesor financiero sabe que los mercados sin regulación que ofrecen rentabilidades extraordinarias, como el de las criptomonedas, esquemas de referidos e instrumentos financieros no regulados ofrecen importantes riesgos para las finanzas de cualquier inversionista, como los siguientes:
Mayor riesgo de contraparte y estafa
El riesgo de contraparte, entendido como la posibilidad de incumplimiento de una de las partes en una operación en particular, también se presenta en los mercados no regulados.
Pero es mucho mayor en aquellos que no poseen regulación, pues no existe ninguna entidad que vigile el accionar de las partes ni normas que sancionen el incumplimiento contractual.
Además, el caso del mercado de capitales, por ejemplo, existe la cámara de compensación. Se trata una entidad que se encarga de intermediar entre vendedores y compradores de títulos y cuenta con un margen de dinero que le ayuda a evitar cualquier contingencia.
Es decir que ella asume gran parte del riesgo -a cambio de una comisión- y mitiga las pérdidas del inversionista en caso de que se presenten. Algo imposible de pensar en un espacio sin regulación donde las partes negocian sin ningún tipo de intermediario.
Estafas Piramidales
De otra parte, está el problema de las estafas. Como este tipo de mercados operan sin ningún tipo de supervisión ni normatividad específica, las superintendencias se quedan sin piso jurídico para regular su actividad.
Lo único que les queda por hacer, en caso de que el fraude se presente, es guiar a los timados en un proceso penal que puede terminar sancionando penalmente al estafador, pero con el que es poco probable recuperar la inversión pérdida.
Las estafas han sido un caso común en los conocidos esquemas piramidales.
No obstante, también han hecho presencia en el mundo de las criptomonedas. Una de la más mediática, fue la de una empresa llamada Me-Coin.
De acuerdo con los medios, defraudó a más de 5.000 inversionistas en varios países de Latinoamérica, que perdieron alrededor de US$200 millones consignados a la firma con la promesa de rentabilidades mensuales de hasta un 50%.
Luego de hacer unos cuantos pagos de las ganancias y generar confianza en los inversionistas, la compañía notificó que habían sido hackeados y las divisas desaparecieron, al igual que el registro de socios.
Actividades ilegales
Un asesor financiero debe saber que las operaciones en los mercados no regulados se prestan para la administración de recursos provenientes de actividades ilícitas.Ha habido muchos casos que lo comprueban.
Uno de los más sonados en Latinoamérica fue el de la firma captadora de dineros D.M.G. Grupo Holding S.A., presente en Colombia, Panamá, Venezuela y Ecuador durante los primeros años del 2000 y disuelta en 2008 por captación ilegal de dinero y lavado de activos.
Sin embargo, el mundo de las criptomonedas no es ajeno a ello.
De acuerdo con la Revista Dinero, el pseudoanonimato, la complejidad para identificar a los beneficiarios finales, la poca trazabilidad y la falta de respaldo por parte de los bancos puede promover y facilitar actividades ilegales.
Esto llevó al Grupo de Acción Financiera Internacional y la Oficina Europea de Policía afirmaran que las operaciones realizadas con este tipo de monedas pueden llegar a ser un instrumento para facilitar el manejo de recursos provenientes de actividades ilegales.
Las consecuencias de ello para un inversionista incauto pueden ser garrafales.
Por estas razones, un buen asesor financiero siempre se inclina por llevar a sus clientes al terreno de los mercados regulados, como el de valores.
Este opera, fundamentalmente, por la relación entre los inversionistas y compradores de valores, y quienes ofrecen dichos títulos son sociedades anónimas, empresas públicas, bancos y otras organizaciones plenamente reguladas que ofrecen máxima seguridad.