Antonia Giesen, actriz de la teleserie nocturna “Pacto de Sangre”, asegura que no ha ingresado a la adultez y sus avatares. Sin embargo, la educación de su hijo es clave. De hecho, lo matriculó en un colegio bilingüe porque planea irse a vivir fuera de Chile. Para eso, tiene una cuenta de ahorro.
Con uniforme, personificada como “Karina” -amiga de Vanessa, la joven descuartizada en “Pacto de Sangre”- resulta difícil asimilar que Antonia Giesen tiene 26 años, un hijo de ocho, que está casada y que, además de actriz, es sicóloga clínica. En la nocturna del 13, interpreta a una escolar que se involucra en el mundo de las cam shows y los desnudos y que se convierte en pieza clave de la trama.
¿Has hecho un pacto de sangre?
Con la magnitud de la teleserie, no, pero sí he tenido pactos de lealtad y con el padre de mi hijo también tengo una especie de pacto de sangre.
¿Ser sicóloga es un respaldo en época de vacas flacas?
Tengo mi consulta particular, pero claramente le he dado mucho tiempo a la actuación, entonces la clínica está un poco stand by. Por eso, después de Pacto de Sangre quiero darle más energía a la consulta, porque mi idea es mientras pueda, seguir actuando y atendiendo.
¿Cómo manejas esa inestabilidad?
Estamos en un nuevo formato de trabajo por proyecto y quienes tenemos familia y una economía que sustentar, nos asustamos un poco, pero la verdad es que salir de la zona de confort obliga a plantearse qué hago si mañana no tengo un sueldo. Eso despierta un ímpetu más creativo, más propositivo, obliga a redescubrir las habilidades que uno tiene. Hay que gestionarse la vida y seguir buscando y aprendiendo. Preguntarse de qué voy a vivir cuando no tenga un contrato, me parece básico tenerlo incorporado.
Entonces, eres una persona ordenada y ahorradora…
-La verdad es que no, porque si bien trabajo hace tres años, soy joven y me cuesta tener una hiperorganización a futuro, como de pensar en la pensión y seguros. Me he planteado la vida en este momento, poder mantenernos y pagar el día a día con proyectos muy del presente, como pagar el colegio y los talleres de Mateo. Lo de ahora. La educación de mi hijo es una gran, gran inversión. Va a un colegio bilingüe, lo que facilitará el proyecto de irnos a vivir afuera. No he ingresado al mundo de la adultez y todos sus avatares de pensar en la pensión y los seguros de la vida. Estoy súper cómoda en el presente y en poder sustentarlo económicamente.
¿Tienes ahorros?
-Tengo mi cuenta de ahorro y está pensada para cosas específicas, como por ejemplo irnos a vivir fuera de Chile. Ese es un plan de largo plazo. Estamos pensando en Alemania, nos interesa a nivel de cultura y educación. Es un proyecto que tiene que ver con formatear la cabeza, hay que perder el miedo.
¿Este plan de vivir el “ahora” es incompatible con la inversión?
-Durante un tiempo tener la casa propia fue un proyecto heavy no solo para vivir, sino también como inversión, pero apareció este rollo de querer soltar. Lo que sí hicimos fue comprar un sitio en la playa, ésa es un poco nuestra inversión, porque lo podemos seguir pagando a distancia. Y por el momento, no hay más proyectos para invertir, porque estamos más en esto de vivir el día a día.
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