Para la importante consultora estadounidense Morgan y Stanley, el cobre es el metal favorito para una rápida recuperación económica tras el Coronavirus, especialmente por el futuro auge de la electromovilidad y las redes 5G.
Además, posiciona a Brasil, Chile y Colombia entre los principales mercados de renta variable de América Latina para lograr un repunte en el crecimiento productivo y una recuperación global en los próximos trimestres.
Importancia del cobre frente a la crisis
La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) acaba de informar un crecimiento del 2,6%, unas 70 mil toneladas, en la producción de este metal en el país durante el primer semestre, a pesar de las complicaciones que están teniendo para operar en estos tiempos.
Sobre esto, el profesor de Ingeniería de Minería de la Universidad Católica, Gustavo Lagos, asegura que ha sido vital que el sector haya continuado produciendo a tiempo completo durante la cuarentena, al ser un gran apoyo para todos los trabajadores y las arcas públicas.
“Gracias a que la minería no se detuvo y siguió adelante, muchos jóvenes han advertido por primera vez su importancia para el país, percepción que había ido desapareciendo en las nuevas generaciones”, comenta el académico.
Sobre cómo el cobre puede ayudar a la recuperación económica de Chile, sostiene que, primero de todo, los reguladores deben acelerar el paso en los permisos para poder ampliar la producción, aunque siempre respetando todas las reglas ambientales.
Por su parte, el presidente de la Cámara Minera de Chile, Manuel Viera, asegura que la actividad minera será el motor de la reactivación económica del país, por el encadenamiento productivo que genera con otras áreas y a que un alza en el precio de este commodity podría tener un aumento en el flujo para el país.
Para él, las principales medidas que se deberían aplicar para este fin son: acelerar proyectos de inversión, adelantar los de expansión, generar plan aurífero para generar empleos, recuperar estabilidad macroeconómica y plan de incentivos a las Pymes.
Y es que, el cobre también es útil en un contexto de crisis sanitaria como el actual, por sus grandes propiedades antimicrobianas.
De hecho, según recientes estudios, el virus Covid-19 permanece durante 3 días en superficies de plástico y acero inoxidable, mientras que en las de cobre se inactiva en un par de horas.
Rápida recuperación económica
Actualmente, la minería representa el 10% del PIB de Chile y el 52% de las exportaciones, siendo el principal sector generador de ingresos para el país, ya sea para las arcas fiscales como para la generación de actividad económica general.
Por eso, muchos expertos afirman que en la era post pandemia, cuando las finanzas públicas se verán exigidas, este sector se convertirá en un pilar clave para la recuperación económica, por su alto rendimiento y sus buenas perspectivas de futuro.
El vicepresidente ejecutivo de Cochilco, Marco Riveros, asegura que aproximadamente el 60% de las aplicaciones del cobre aprovechan su alta capacidad de conductividad, muy superior a la de otros metales, y cómo a la fecha no hay sustitutos conocidos que compitan en costo.
Sobre en qué se va a usar ese aumento del «metal rojo» tras la crisis de la Covid-19, pone como ejemplos la digitalización comercial e industrial, la electromovilidad, el 5G y la generación de energías renovables no convencionales como la solar, eólica o geotérmica.
Así, explica que en los próximos años el sector transporte acelerará la sustitución de la tecnología de combustión por la electricidad y que un automóvil eléctrico utiliza entre tres y cuatro veces más cobre que uno convencional, sumado al desarrollo de la red de recarga de baterías.
El informe “Minerales para la acción climática: su uso intensivo en la transición hacia la energía limpia” del Banco Mundial, destaca al cobre y al molibdeno – donde nuestro país produce a nivel mundial un 28% y 22% respectivamente- como minerales claves para el desarrollo de amplia variedad de tecnologías.
El molibdeno sirve primordialmente para la fabricación de aceros más resistentes, pero también es utilizado en industrias como las de lubricantes, químicos y electrónica. Es importante destacar que las mayores reservas están en Estados Unidos, pero con Chile en segundo lugar.
Pero, no es únicamente cobre y molibdeno los únicos commodities que exporta Chile y que tienen grandes perspectivas de futuro. También está la el mineral de hierro, explotado principalmente por el grupo CAP (Compañía de Acero del Pacífico), sector que se espera crezca a un ritmo considerable entre 2020 y 2025.
Más importante aún es la explotación del litio, del que Chile posee alrededor del 52% de las reservas mundiales. En la actualidad este mineral ha aumentado enormemente su valor, ya que es un elemento clave para la fabricación de baterías de teléfonos celulares, computadoras portátiles, herramientas eléctricas y vehículos híbridos o eléctricos.
Cambios geopolíticos tras la pandemia
Mucho se ha oído hablar de que esta crisis va a cambiar el mundo como lo conocemos, lo que incluye también los intercambios comerciales con otros países; en el caso de Chile probablemente potenciará la relación con nuestro principal socio comercial.
China recibe un 35,8% de las exportaciones de nuestro país y, a pesar de la caída del comercio exterior total, en julio los envíos a este país crecieron un 19,2% respecto al mismo mes del pasado, especialmente en carne porcina (195,8%), minerales de hierro y sus derivados (115,7%) y cobre (23,9%).
El país asiático es el mayor usuario individual de cobre refinado en el mundo y, solo el año pasado, consumió alrededor de 13 millones de toneladas del producto; a lo que hay que sumar las previsiones de los expertos de que invertirá cientos de miles de millones de dólares en la digitalización de su economía en la próxima década.
Henning Gloystein, director de energía, clima y recursos del Grupo Eurasia, cree que cuando estas cifras aumenten, crecerá también la dependencia y presión política de Beijing, sobre todo en áreas como las negociaciones comerciales del Pacífico, el uso de equipos Huawei y las relaciones con los Estados Unidos.
Para él, este auge de la demanda se podrá ver en los grandes programas de estímulo verde y digital, debido a que este metal es una pieza clave en la generación de los vehículos eléctricos, las redes 5G y la generación de energía renovable.
Estos proyectos impulsarán su demanda anual en un 2.5% esta década, lo que probablemente llevaría al consumo a 30 millones de toneladas para 2030, donde los cambios políticos en Europa y Asia jugarán un papel relevante.
“Además, hoy la industria de los vehículos eléctricos actualmente representa solo el 1% de la demanda de cobre; pero, para 2030, muchos analistas esperan que esa cifra alcance el 10%”, comenta el experto.
Y, para acabar, anunció una profecía que sería como un ángel caído del cielo para la recuperación económica chilena, tan tocada en el último año con el estallido social, la pandemia y el retiro del 10% de los fondos de las pensiones:
“Este metal será un insumo clave en los próximos años para prácticamente todas las industrias que ahora se están promoviendo… Bienvenidos a la era del cobre”.
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