El reconocido Chef (44), se considera conservador y de bajo perfil en sus inversiones, tras perderlo todo luego del cierre de su restaurant “C” en la comuna de Vitacura, en el cual había invertido todo su dinero. Hoy, con un desplante más tranquilo, se considera a sí mismo como una persona de poco riesgo en las inversiones.
El fracaso de “C” lo obligó a reinventarse, dejándolo con un vacío patrimonial importante, al cual tuvo que dedicarse mucho tiempo a solventar. A pesar de ser una persona famosa, “tengo como todos los chilenos un par de APV, y el resto de las cosas prefiero invertirlas básicamente en los negocios que conozco, que son gastronomía o propiedades. Es lo que más a mí me da seguridad”.
El autor de dos libros, Maldito Chef (2009) y Cocina de Barrio (2014), conocido por su papel de juez en el programa de cocina, Master Chef de Canal 13, hoy está en una etapa más tranquila de su vida, invirtiendo en propiedades, cocina y tecnología.
¿Cómo te recuperaste luego de la gran caída de “C”?
Me reinventé generando nuevos proyectos en el rubro de la gastronomía, levantando capitales con socios, y buscando –que es lo que siempre recomiendo– dentro del rubro que uno maneja. No solamente está lo conocido. Si soy un cocinero no tengo por qué tener sólo un restaurant. Uno puede irse por las asesorías, por el mundo de la televisión, como me he ido yo, el mundo de la producción, hacer libros, charlas, clases, etc. Y cuando tuve esta necesidad, salí a buscar qué otras áreas estaban alrededor de la gastronomía en el cual no fuera necesario partir con un capital como lo es un restaurant, sino prestar básicamente servicios. Cuando uno está con un problema de caja, de presupuesto, los servicios son los que mejor funcionan.
¿Estás de acuerdo con el Sistema Previsional de Chile, o consideras que es necesario una reforma?
De partida, soy un convencido de que todos los sistemas se pueden mejorar. No solamente éste. Ahora, creo que este sistema previsional, al igual que muchas cosas en este país, carece de entregar privilegios, para no decir que perjudica a las clases más necesitadas. Creo que los sistemas previsionales son realmente precarios para una persona que no ha logrado generar un patrimonio, un APV o un ahorro personal. Ahora, ¿cuál es el óptimo? No soy la persona más idónea para decirlo, pero puedo decir que, con el actual, las personas que no tienen un ingreso importante, o que no han logrado hacer un APV, realmente se les hace muy cuesta arriba vivir con lo que les deja el sistema actual.
De acuerdo a tus intereses, y pensando en tu visión patrimonial, ¿qué tipo de productos financieros son los que te entregan mayor confianza?
Yo creo que son básicamente las propiedades o las inversiones. Hoy por hoy, si yo tuviera que invertir en algo, claramente invertiría en tecnología y en negocios a partir de áreas digitales. Por lo pronto, a pesar de estar metido en el mundo de la gastronomía, tengo una plataforma digital que se llama Fudis, en la cual desarrollo recetas y publicidad en las distintas páginas sociales como YouTube, Instagram, Facebook, Twitter, y voy haciendo publicidad para marcas, desarrollando productos, proyectos y marcas específicas. Creo que la tecnología y el mundo digital son el futuro.
Parte de una estrategia patrimonial es considerar la protección monetaria de nuestros seres queridos. ¿Tienes seguros? ¿por qué?
Sí, sobre todo en el mundo de la gastronomía que es tan volátil y riesgoso. Creo 100% en los seguros, básicamente, en los que tienen relación con lo más importante que uno puede dejarle a sus hijos, que es la educación. Y en ese sentido, sí, tengo seguros que están destinados a por lo menos asegurarle la educación a mis hijos, en caso de que algo me pasara.
¿Qué papel crees que toma hoy una asesoría objetiva para tomar buenas decisiones en esta materia?
Depende de la asesoría. Nuevamente, debido a las tasas de cesantía y a la necesidad, cada día hay más ejecutivos y gente en la calle ofreciéndote distintos productos que los aprenden en capacitaciones de 1 semana, y salen a la calle a ofrecerte lo que estas empresas les enseñan. Mucha gente se confía y toma riesgos, sin entender la diferencia entre los productos y entre las distintas alternativas con los riesgos que tienen. Por lo tanto, sí, creo que hay que asesorarse, pero hay que saber con quién, cuándo y por qué hacerlo.
¿Te consideras un emprendedor? ¿por qué?
En las charlas que hago, acuñé una frase que inventé que dice: “yo soy un emperdedor”. Me han tratado de Chef, de cocinero, de empresario, y de emprendedor. Y creo que ninguna me calza. Significa que, para poder ganar, siempre hay que poder perder. Pero hay que saber ganar más de lo que uno pierde. Y las veces que he perdido he logrado aprender, he logrado mejorar o he logrado entender cosas que de otra forma no se logra tomar consciencia. Y creo que cualquier empresario o cualquier emprendedor, o cualquier persona que incluso sea empleado, ha aprendido a perder y ha sacado más de esos momentos que cuando ha ganado. Lo que he perdido me ha enseñado. Por eso me siento un emperdedor.
Y respecto al emprendimiento y la innovación en Chile, ¿cómo nos ves en esta materia?
Creo que en Chile emprender es tremendamente difícil. Está lleno de trabas, y creo que las PYMES y los pequeños empresarios y personas honestas, son las que más perjudicadas están. Es mucho más fácil en este país pedir perdón que pedir permiso. Cuando uno quiere gestionar cualquier tipo de emprendimiento, se topa con trabas del Sistema Público y Privado. Desde los financiamientos, desde lo mal preparado que está el sistema no-tradicional (entiéndase por eso oficios no profesionales). Entonces, es muy difícil. Y emprender, caerse y levantarse, también es muy complicado. Entonces, creo que es un país que está más pensado en ser empleado que en ser emprendedor.