Chile está entre los 10 países del mundo donde más han aumentado los nuevos casos de VIH/sida, según el último informe de Onusida, programa de las Naciones Unidas sobre esta patología. Urge mejorar la prevención, pues las nuevas cifras podrían subir el valor de la prima GES, según los especialistas.
El ministerio de Salud declaró al lanzar su Plan Nacional de VIH/SIDA, en mayo, que en el sistema público chileno existen 31.500 personas en terapia, de las cuales el 90% tiene carga viral suprimida, mientras que 7.500 pacientes reciben su tratamiento en el sistema privado.
En Chile, la incorporación del VIH/SIDA al plan de salud nacional GES (patología 18) ha mejorado los diagnósticos y tratamientos.
“Esto está incorporado desde 2005, desde el primer decreto del plan de Garantías Explícitas en Salud (GES) y está garantizado el diagnóstico, tratamiento y seguimiento del VIH/Sida”, explica la directora del Centro de Salud Pública de la Universidad Central, Nelly Baeza.
El plan de prevención del Gobierno incluyó el testeo rápido de VIH, en vías de operacionalizarse, pues está retrasada su puesta en marcha, acusa la académica.
Según la Asociación de Isapres de Chile, aún existe una carencia importante en términos de control (diagnóstico), pero por sobre todo de prevención.
Las estadísticas del Instituto de Salud Pública de Chile (ISP), muestran que en los últimos cinco años (2012-2017) los casos de VIH confirmados (prevalencia, casos nuevos) se han elevado a una tasa promedio de 10%, confirmándose 5.816 diagnósticos el año pasado y proyectándose que se diagnosticarán 7.020 en este ejercicio.
“De los diagnósticos de 2017, estimamos que un 25% corresponde a pacientes de Isapre y el 75% restante a Fonasa, sin considerar que hay una parte importante de la población no diagnosticada que se concentra en sectores más vulnerables. Según el Minsal, por cada persona diagnosticada con VIH hay otra contagiada que ignora su situación”, comenta Constanza Forascepi, gerente de estudios de la Asociación de Isapres de Chile, responsable del último informe VIH/Sida, publicado en noviembre por el gremio.
Patología asegurada
En 2017, las Isapres desembolsaron casi $42 mil millones en el financiamiento del tratamiento de sus algo más de 8.200 beneficiarios con VIH.
De esta forma, los pacientes con VIH de ISAPRE, sólo en cobertura GES, gastan en promedio algo más de 5 millones de pesos al año ($425 mil al mes).
De hecho, las Isapres destinan el 20% del total del gasto destinado a los 80 problemas de salud GES.
“El mayor acceso a diagnóstico y tratamiento del VIH a través del GES ha posibilitado que los tratados se conviertan en pacientes crónicos y ya no sea esta una enfermedad mortal para ellos, además el tratamiento reduce el contagio. Sin embargo, mientras en el mundo desarrollado la propagación del virus va en retirada, en nuestro país sigue avanzando, lo que va más allá del mayor acceso a tratamiento alcanzado en el país”, Constanza Forascepi de la Asociación de Isapres.
Cumplidos 13 años del plan Auge, hace unos meses, el Gobierno incorporó mejoras que podrían llegar a beneficiar a unas 42 mil personas que viven con VIH: toda persona diagnosticada con la enfermedad tendrá acceso a tratamiento farmacológico y seguimiento.
Además, mejoran los tratamientos antiretrovirales para personas mayores de 18 años y se incorporan esquemas de tratamiento farmacológico que recogen recomendaciones internacionales, favorecen la adherencia al tratamiento, disminuyen los efectos adversos, aumentan la efectividad y contribuyen a la calidad de vida. Según el Ministerio de Salud, estos esquemas también permitirán disminuir la transmisión del virus y, por lo tanto, contribuirán a la reducción de la epidemia.
Prevenir, mejor que curar
En este escenario, la prevención es clave para los especialistas en políticas públicas. El director de postgrado de la Universidad Tecnológica Metropolitana, Roberto Contreras, recuerda que el GES, como todo seguro colectivo tiene un costo.
La prima la pagan tanto los afiliados a las Isapres, como las personas que están en Fonasa y, claramente, ante el aumento de los portadores de VIH en Chile, ésta podría tener efecto en su valorización.
“Ahora, el costo promedio de la enfermedad puede encarecerse y a futuro podría implicar un alza en la prima. Por eso, tenemos que hacer mucha acción preventiva. La enfermedad se trata como una enfermedad crónica, el diagnóstico ya no es lapidario. Sin embargo, es costoso el tratamiento por lo que es fundamental aumentar las acciones preventivas, materia de política pública”, apunta Contreras.
En la misma línea, la directora del Centro de Salud Pública de la Universidad Central, Nelly Baeza, cree que deben tomarse medidas tanto en materia de educación sexual como en disponibilidad de preservativos masculinos y femeninos, junto con el diagnóstico precoz con garantía de confidencialidad. “Esas son parte de las políticas que se están implementando, pero que se deben agilizar”, concluye.