En noviembre del pasado año, la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin) y Fonasa presentaron querellas contra 13 médicos sospechosos de un posible fraude por el mal uso de licencias médicas.
Y es que se descubrió que habían emitido más de 3 mil de estos permisos en menos de un año, frente a las 100 o 200 que es habitual. Eso abre varios interrogantes… ¿Hay un abuso de licencias médicas en Chile? ¿Debería existir un organismo que regulará su expedición?
Motivos del elevado gasto
Según los datos, las utilidades de las Isapres para el tercer trimestre de 2018 cerraron con una baja del 10,7% respecto al mismo periodo del año anterior y las ganancias de las aseguradoras fueron $6.800 millones menos en comparación al 2017.
Para la Asociación de Isapres, una de las principales razones de estos datos es el aumento de los subsidios de incapacidad laboral que, solo en el último año, se incrementaron casi un 16%, impactando directamente en los costos del sistema.
El decano de medicina y director de Espacio Público, Manuel Inostroza, no lo considera un gasto excesivo, sino que, al ir creciendo gradualmente, desplaza lo que las personas necesitan para financiar las prestaciones de salud. También señala que este es un gasto regresivo, ya que beneficia más a los que tienen rentas más altas.
“En todo caso son las Isapres las que más control ejercen sobre las licencias médicas, lo que se refleja en una mayor tasa de rechazos o en la reducción de los períodos de licencias médicas en comparación con Fonasa”, aclara el experto.
El problema de las licencias falsas
Diferentes encuestas han señalado que entre un 25-33% de la población reconoce haber pedido licencias médicas sin justificación para el logro de otros objetivos diferentes al uso terapéutico; eso sumado a que muchas veces estas se extienden más de los periodos razonables.
Según el relevante economista Luis Eduardo Escobar, se ha tratado de legislar esto de distintas maneras. Por ejemplo, en el primer gobierno de Piñera se extendió el post natal a 6 meses porque estaban dando licencias para atender a sus hijos que supuestamente estaban enfermos pero que, en realidad, solo necesitaban más atención.
Para él, la raíz del problema es que existen fallas en el sistema y todavía no se ha creado un acuerdo común sobre cómo resolverlas. Pero advierte que, con los sistemas electrónicos que existen hoy, debería ser mucho más fácil controlar cuándo un médico da licencias excesivas.
“Si un médico da un mayor número de licencias o comete actos ilegales y abusivos se le debería sacar inmediatamente del sistema, y esto se podría hacer a través de un control digital que registre todas las licencias que se entregan”, propone Escobar.
Soluciones a debate
Recientemente, el Ministerio de Salud afirmó que quieren crear una institución que administre los recursos para licencias médicas de afiliados a Isapres. Se espera que este organismo maneje parte del 7% de cotización obligatoria, pero solo podría operar en el sistema privado, excluyendo así a Fonasa.
El economista entrevistado no cree que sea buena práctica que el Gobierno o el Ministerio de Salud investiguen y a la vez sean quienes emita un juicio sobre esto. Para él, lo mejor sería que las Isapres presenten los casos ante un panel de expertos (que podría estar radicado en el Minsal) y que estos sean los que tomen la determinación de qué hacer.
Inostroza coincide en la necesidad de crear un organismo público autónomo, lo que evitaría el incentivo de Fonasa de ahorrarle recursos al Estado y de las Isapres de aumentar sus utilidades rechazando licencias médicas a personas que clínicamente sí las necesitan. Sobre el anuncio del Gobierno, cree que no se puede separar este rol sin considerar a Fonasa.
En definitiva, en el caso de las licencias médicas en Chile sucede como en todo en la vida: la clave está en el punto medio. No se pueden dejar de otorgar o restringir las licencias, pero tampoco dejarlas al libre albedrío de los médicos, porque, como hemos visto, eso solo genera abusos y gastos desmesurados que afectan al sistema y, más importante, al usuario.