La digitalización de monedas, robótica y el fin de la atención física, son algunos de las innovaciones que cambiarán la forma de ver los mercados
Por Ana María Cuneo
Los avances tecnológicos que la película “Volver al futuro” (1985) aventuraba para 2015, estaban -a ojos de los espectadores- muy lejos de ser una realidad. Pero a más de 30 años de su estreno, somos testigos de que muchos de los adelantos que nos parecían inalcanzables, efectivamente se concretaron con una velocidad inimaginable. Fue el caso de los lentes computarizados que, parte de la saga, actualmente existen en el mercado encarnados en los Google Glass. Y es que la rapidez del desarrollo de este tipo de productos es algo que sorprende y nos hace plantear la pregunta: ¿estamos preparados para enfrentarlas?
La adaptación a los cambios es fundamental para sobrevivir a esta era, pues -de quedarse en el pasado- una empresa puede experimentar una caída libre en poco tiempo. Bien lo sabe la estadounidense Kodak, que con la llegada de la fotografía digital vio morir su imperio tras vender el 85% de las fotos en papel a nivel mundial en 1998.
La Directora Ejecutiva de BeSTinnovation y Directora de Singularity University Chile, Bárbara Silva, señala que “la era exponencial que estamos viviendo responde a una variación de paradigma en el cual la tecnología está movilizando cambios de forma acelerada y sin precedentes en los patrones de comportamiento de los mercados”, modificaciones que según Jaime Alee, Gerente General del Ecosistema Abierto de Innovación y Emprendimiento de la Facultad de Ciencias Física de la Universidad de Chile, Open Bauchef, producen impactos colaterales. “Por ejemplo, plataformas como Uber afectan no solo a taxistas, sino que a las leyes, mercado laboral y -eventualmente en el futuro- al mercado inmobiliario, pues cuando esa empresa utilice automóviles autónomos con bajos costos, las casas no necesitarán garajes debido a que mucha gente preferirá usar ese medio de transporte en lugar de tener su propio auto”, puntualiza.
¿Hacia dónde apunta la innovación? Jaime Alee explica que se dirige hacia el desarrollo de plataformas que permitan conectar la oferta vacante con la demanda.
“La tecnología habilitante permite cada vez más, y a costos menores, usar recursos disponibles para mejorar la productividad de una industria, lo que conlleva la personalización del servicio, utilizando tecnología avanzada de software como inteligencia artificial, que “sabe” el comportamiento de los clientes”, afirma Alee.
En tanto, la penetración tecnológica ha sido tal que ha obligado a industrias, estados e instituciones académicas a repensar sus modelos de organización, procesos de trabajo, cultura y sistemas de gestión de talento.
“En la industria bancaria está apareciendo el “bitcoin”, una moneda digital completamente descentralizada y auto regulada por una red virtual que plantea una nueva forma de hacer transacciones. En esta misma línea, los bancos cada día ofrecen servicios digitales que han impulsado el cierre de sus sucursales”, cuenta Bárbara Silva.
Misma acción comienza a suceder con el retail. De hecho, Walmart anunció recientemente el cierre de 269 supermercados a nivel mundial con la finalidad de dirigir su modelo de negocio hacia el E-Commerce.
En el mundo existen naciones que impulsan con mayor profundidad estos desarrollos. Tal es el caso de Singapur, que cuenta con un modelo Smart Nation, dispuesto por el Estado, según el que se integran capacidades, infraestructura y talento para el desarrollo de una red de datos que permite mejorar la calidad de vida de las personas. Los Países Nórdicos, por su parte, cuentan con un pago mobile, sensores y Smart Transportation System, mientras que en Japón es posible observar un importante desarrollo de la robótica aplicada a los servicios de restaurantes, hoteles e industria del transporte.
Realidad nacional
Aun cuando existe un ecosistema de innovación y tecnología en Chile, apoyado por el Gobierno, universidades e instituciones privadas, el Gerente General del Ecosistema Abierto de Innovación y Emprendimiento de la Facultad de Ciencias Física de la Universidad de Chile Open Bauchef, Jaime Alee, considera que “la estricta, rígida y obsoleta regulación legal y administrativa hacen que la realidad en la materia sea precaria en el país”.
En tanto, mientras los países miembros de la OCDE invierten un 2,4% del Producto Interno Bruto (PIB) promedio en innovación, Chile destina solo un 0,4%, lo que supone mucho trabajo por realizar.
Sin embargo, la Directora Ejecutiva de BeSTinnovation y Directora de Singularity University Chile, Bárbara Silva, considera que el país posee alta capacidad de desarrollo de la industria del litio, pues junto con Argentina y Bolivia, Chile cuenta con la mayor concentración del metal a nivel mundial, elemento utilizado en baterías para autos eléctricos, computadores y celulares. Asimismo, recalca el gran potencial de innovación en materia de energía solar.
“Con la capacidad que tiene Chile, se puede iluminar 1/3 del planeta. Por otra parte, la industria de la astronomía y el desarrollo del Big Data asociado a ella atraerán a los principales científicos, pues en la próxima década nuestro país concentrará más del 70% de la capacidad de observación astronómica”, concluye la experta.