La banca abierta (Open Banking) se fundamenta en la innovación financiera, a través de la colaboración e integración de bancos y/o aplicaciones, como el motor para generar un mejor servicio y conectividad a sus usuarios. Pero también ha levantado cuestionamientos sobre si esta apertura garantiza la confidencialidad y resguardo de la información de esas personas.
La innovación financiera comienza a tomar cada vez más fuerza en el mundo, y Chile no es la excepción.
Pero estamos varios años atrás en lo que respecta al progreso internacional y el avance de esta materia en otras plazas financieras.
¿La razón? Nos cuesta mucho confiar en el futuro, en las nuevas tecnologías y el beneficio que estas pueden reportar.
Y si se trata del mundo de las inversiones y el ahorro, pues esta brecha es mucho mayor.
La Asociación Fintech de Chile (FinteChile) y Open Vector tienen claro que es necesario actuar, y por eso acaban de anunciar la firma de un Memorándum de Entendimiento para impulsar el Open Banking en Chile.
Con esta nueva visión, la banca, previa autorización expresa de sus clientes, podría comenzar a compartir datos de sus usuarios de forma confidencial y segura con terceros autorizados e idóneos, como, por ejemplo, empresas FinTech.
Lo que se busca es aumentar la oferta de servicios financieros, mejorar los costos/tarifas para los usuarios y potenciar la inclusión financiera.
Así lo explican los especialistas de Barros & Errázuriz Sergio Eguiguren, Andrés Rodríguez y Juan Sebastián Alonso, del comité jurídico de la Asociación Fintech de Chile.
Open Banking y Seguridad de la información
El Open Banking lleva aparejado el tratamiento a gran escala de datos de carácter personal.
Por eso, el gran desafío es llevar a cabo dicho tratamiento de manera de no afectar el derecho a la privacidad, que en Chile se encuentra reconocido y protegido legalmente.
En nuestro país existen regulaciones estrictas respecto de la información que puede ser compartida por los bancos e instituciones financieras (por aplicación del secreto y la reserva bancaria).
Sólo a través del consentimiento expreso e informado por parte de un usuario, esa información podría ser compartida por un banco con terceros.
Cada vez son más recurrentes los ataques informáticos en esta industria, lo que de una u otra forma se puede traducir en grandes filtraciones de datos personales.
Por esto, y según los abogados de Barros & Errázuriz, los desarrolladores de aplicaciones que vean oportunidades de innovación financiera, como en el Open Banking, deben estar a la vanguardia en materia de seguridad de la información.
Innovación financiera: Nuevos negocios y experiencias de servicios
El Open Banking abre la posibilidad de crear nuevos negocios y ecosistemas digitales a través de Interfaces de Integración (APIs) ofrecidas por los bancos para que la información sea utilizada por otras aplicaciones.
“Esto claramente derivará en una mejor experiencia de servicio a sus clientes que tendrán preferencia por los bancos que les permitan el acceso para administrar mejor su información para, por ejemplo, integrarla con sus aplicaciones favoritas para gestionar mejor sus finanzas personales o simplemente como respaldo.”
Explica Juan Pablo Rozas, CEO en Patagonia IT y consultor en proyectos de innovación y transformación digital.
Asimismo, Rozas afirma que esto podría significar también una nueva vía de ingreso a los bancos.
Según los abogados Sergio Eguiguren, Andrés Rodríguez y Juan Sebastián Alonso, Chile es de los pocos países a nivel sudamericano que ha reconocido la protección de los datos personales como garantía constitucional.
Sumado a lo anterior, y en línea con lo que son las tendencias mundiales en estas materias, se encuentra en tramitación un proyecto de ley que nos va a equiparar con los países desarrollados.
Con esta normativa, el manejo de datos personales de clientes y usuarios se encontraría ampliamente regulado y donde gran parte de esta actividad requeriría del consentimiento expreso, inequívoco e informado por parte del titular de éstos.
¿Chile como HUB financiero de Latinoamérica?
Para Juan Pablo Rozas, los desafíos en materia de protección de datos personales son: que haya un proceso bien definido para otorgar acceso a interoperar con otros servicios de manera segura y que sea sólo el cliente quien pueda dar esta autorización.
“Es esperable que no haya que ir a firmar un papel al banco para hacerlo”, dice.
Ahora, si algún servicio externo quiere acceder a esta información integrándose con el banco, deberá cumplir con requisitos mínimos de seguridad y seguir un protocolo de interoperabilidad.
“Desde el punto de vista técnico, para asegurar esta interoperabilidad ya existe la tecnología disponible para hacerlo, se debe construir una buena API”, comenta el experto en proyectos de innovación y transformación digital.
Según José Santomingo, presidente de FinteChile el Open Banking es el futuro de los servicios financieros en el mundo. “Si Chile aspira a ser el HUB Financiero de Latinoamérica, debiera empezar a implementarlo cuando antes”, afirma.