Con el fin de transparentar los precios de los medicamentos, el Presidente Piñera y su ministro de Salud enviaron al Congreso nuevas indicaciones que permitirían que ciertos remedios se puedan comercializar en las góndolas de los supermercados. ¿Pero cuál será la real incidencia de esta medida en la salud pública? ¿Impactará con una baja real en sus precios?
El elevado valor de los medicamentos en nuestro país es un tema recurrente que genera polémicas en toda la población y que afecta el presupuesto de cada hogar chileno, en especial el de los adultos mayores.
Frente a esta realidad, la discusión de la Ley de Fármacos II está dentro de las prioridades de la agenda nacional.
De aprobarse, según el Ministro de Salud, Emilio Santelices, “va a establecer la obligación de que se entreguen los precios, también de quienes hacen el bodegaje y también de la industria farmacéutica, que la gente conozca cuál es el valor de los medicamentos en los eslabones. A lo menos, los medicamentos van a bajar, por solamente la transparencia y la competencia sana que se va a producir, en un 10% o un 15%”
Las indicaciones enviadas al Congreso para incluir en la Ley de Fármacos II contemplan la obligación de los médicos de prescribir medicamentos por denominación común internacional (DCI), la obligación de contar con un petitorio farmacéutico nominado con su DCI con medicamentos que deban obligatoriamente ponerse a disposición del público, permitir la venta directa de medicamentos en supermercados y la obligación de que toda la cadena de venta de medicamentos informe al Minsal y al ISP de los precios de los productos.
A juicio de la Cámara de Innovación Farmacéutica “prescribir por DCI no es lo mismo que prescribir el genérico. Si bien en términos coloquiales la “DCI” se asocia al nombre del “genérico”, lo cierto es que con la sola referencia de la DCI particular en la receta médica, se habilita la dispensación en la farmacia de cualquiera de las alternativas de medicamentos registrados en el ISP, y por tanto autorizados a comercializarse en Chile”.
Por su parte el Colegio de Químico-Farmacéuticos y Bioquímicos de Chile se opone a la oferta y disposición del medicamento fuera de las farmacias, como un producto de consumo corriente en góndolas y supermercados, debido al riesgo sanitario que esta medida implica.
“Esta iniciativa tampoco se concilia con el carácter de la Farmacia como Centro de Salud ni con las propuestas expresadas en la Política Nacional de Medicamentos, indispensable para la protección de la salud de la población del país” expresaron a revista Valora.
Dentro las indicaciones que anunció el Presidente Piñera se incluyeron la obligación de informar los precios al público a través de una plataforma web, facultar al Minsal para que se exima del cumplimiento de ciertas normas a farmacias de barrio o de menor tamaño que no pertenezcan a cadenas, y faculta al director de Cenabast y los directores de servicios de Salud para celebrar convenios con farmacias privadas para la entrega a pacientes de medicamentos que deben ser suministrados por el sector público.
Las consecuencias en la salud pública
Para el Colegio Médico de Chile, que presentó su postura ante la Comisión de salud de la Cámara de Diputados, esta es una ley que sirve, “porque regula el mercado, pero tiene un rol acotado, pues el gasto de bolsillo no va a disminuir de forma tan significativa. No va a tener un gran impacto en los medicamentos innovadores, que son los más costosos, y en tema de ventas en góndolas, pensar que la venta de medicamentos en supermercados va a solucionar el problema, es falso, ese no es el problema de salud principal de los chilenos”.
Pero una de las mayores preocupaciones es si se incrementará la automedicación entre los chilenos. Al respecto el colegio afirma que se debe avanzar en un etiquetado que permita tener plena claridad de cuáles son los compuestos activos, porque los pacientes se aprenden los nombres de fantasía y no el compuesto, y en la educación de nuestros pacientes, para que no tengan problemas, que conozcan las dosis tóxicas, para que haya un autoconsumo responsable.
El Minsal descartó que la venta masiva de remedios en comercios más domésticos genere un aumento en la automedicación, argumentando que estudios internacionales lo respaldan.
Para el Colegio de Químico Farmacéuticos y Bioquímicos de Chile A.G, el hecho que existan medicamentos que no requieren de receta médica para su venta, no implica que éstos no puedan causar graves efectos adversos derivados de su uso indiscriminado y de eventuales errores derivados de la automedicación. Estiman que, ante un mercado farmacéutico con estrategias agresivas de venta, se hace imperativo poner en práctica un sistema eficiente de regulación de recetas médicas. Se manifiesta preocupado ante el natural aumento de campañas publicitarias, con mensajes que pudieran considerarse riesgosos, al inducir al consumo indiscriminado de medicamentos.