Las licencias médicas son un derecho al que prácticamente todo empleado tiene acceso tras presentarse un problema de salud que impida su ejercicio laboral. Pero también pueden significar un dolor de cabeza, tanto para empleadores como para los colaboradores.
En el caso de las organizaciones, las licencias son un ítem difícil de abarcar, dada la imposibilidad de anticiparse a la ausencia de una persona en su puesto de trabajo; hecho que minimizaría sus efectos negativos inherentes. Y por parte de los trabajadores, es un potencial inconveniente, dado que por lo general, el pago de estos documentos va de la mano de trámites que provocan una demora en la recepción del dinero, afectando directamente la economía del hogar, el estado anímico de la persona y un largo etcétera, que incluso podría derivar en un segundo problema de salud.
Aunque parezca un círculo vicioso difícil de detener, lo cierto es que el mercado -y los propios empleadores- presentan soluciones que ayudan a sobrellevar escenarios como éste.
Mientras algunas compañías consideran el pago de los 3 primeros días de descanso como parte de sus beneficios, también existen mecanismos que buscan evitar la variabilidad en la renta del trabajador afectado por un problema de salud. Son los llamados pagos delegados de licencias, un convenio suscrito entre compañía e institución de salud, que consiste en que la primera incluye en la remuneración mensual del colaborador el monto que corresponde al subsidio de incapacidad laboral (SIL). Esta cantidad posteriormente es recuperada por la firma o por algún intermediario que se encarga de realizar el cobro en la institución correspondiente, sin generar mayor ruido en sus flujos.
Este sistema es comúnmente utilizado en medianas y grandes empresas, destacando aquellas del rubro bancario y otras industrias que poseen un flujo de caja suficiente como para costear temporalmente el dinero que debe ser destinado al pago de una licencia médica.
“Con este apoyo, se produce un incremento en la productividad de aquellas instituciones que lo contemplan, porque permite que los colaboradores puedan concentrarse en su trabajo una vez que se encuentran en condiciones de reintegrarse,
y los exime de los trámites en sus respectivas Isapres para recibir dichos pagos”, señala Elizabeth Donoso, Subgerente de Outsourcing Recursos Humanos de Alfredo Cruz y Cía., quien agrega que “los empleados valoran mucho este tipo de iniciativa, acto que se enfatiza en aquellos casos en que los problemas de salud son graves y no les permite acudir a sus instituciones de salud previsional a retirar los pagos”.
A lo anterior, se suma el rol social empresarial que cumplen aquellas firmas que poseen el pago delegado de licencia como uno de los beneficios al que optan sus colaboradores, pues de esa manera respaldan a sus empleados en un ítem fundamental como son las remuneraciones.
Ello se traduce en un trabajador más comprometido con su labor, hecho que incrementa el sentido de pertenencia y, por tanto, mejora los índices de fidelización de la compañía.