Durante más de 30 años estuvo vinculado a la AAFP, desde allí contribuyó a fortalecer y difundir el sistema de pensiones privado. Tras analizar en retrospectiva este enorme desafío, aborda las materias pendientes y las tareas cumplidas.
Francisco Margozzini, ha recorrido prácticamente toda su carrera profesional en el camino del sistema privado de pensiones chileno. Formó parte de su génesis, desarrollo y debió contribuir en la puesta en marcha de numerosas reformas.
En diciembre del año pasado, dejó su cargo en la Asociación Gremial de la Administradora de Fondos de Pensiones (AAFP), porque ya había concluido un ciclo en este gremio. Pero no está ni cerca de su retiro, pues tiene mucho que aportar en el crecimiento del SCOMP (Sistema de Consultas y Ofertas de Montos de Pensión), donde quedan numerosos desafíos.
No niega ser un aliado del sistema privado, pero con objetividad analiza sus debilidades y cree que si bien el enfoque para iniciar reformas estructurales debe ser de largo plazo, identifica los cambios que se requieren de manera urgente.
Usted ha estado vinculado al sector previsional desde 1984, ¿cómo ha visto el crecimiento del sistema?, ¿piensa que ha evolucionado de manera positiva o por el contrario ha involucionado?
Creo que continuaré vinculado al área previsional, ya que aún tengo temas que atender; pero también voy a darme el tiempo de trabajar en algunos proyectos personales.
Debo decir que desde que el sistema se creó, ha tenido 50 modificaciones legales que la han afectado -me di el tiempo de contarlas- y en mi opinión, todas han sido positivas porque lograron mejorarlo. Aunque para mí, las 2 más importantes se realizaron bajo el gobierno de Ricardo Lagos, con la creación de los Multifondos y posteriormente, durante el primer período de Michelle Bachelet, cuando se crea el Pilar Solidario.
¿Por qué decide ingresar a este mercado y cómo ha enfrentado los cambios que ha tenido desde la década del ‘80 a la fecha?
En esa época, venía recién saliendo de la universidad y era difícil por la crisis del ‘82, fue la primera oportunidad que se me presentó y decidí tomarla.
Para mí, el mundo previsional ha significado un desafío laboral muy intenso, por cuanto participé en su etapa de diseño, en el trámite legislativo y también en su implementación.
Efectivamente, desde que se gestó nuestro sistema de protección social, ha estado a la vanguardia mundial y generó un gran cambio,un aporte para el desarrollo del país que pudo superar la mayoría de las deficiencias que tenían las antiguas Cajas de Previsión.
Por ejemplo, el 2004 se creó el Sistema de Consultas y Ofertas de Montos de Pensión, SCOMP, que opera exitosamente y trabaja con información oportuna y eficiente para que los afiliados tomen buenas decisiones a la hora de ver con quién y dónde pensionarse.
Muchas personas que conocen desde el interior el sistema, se convierten en defensores de éste. ¿Sigue pensando que es bueno el sistema de pensiones que tenemos?
Sí, me parece bueno y quiero destacar las 5 fortalezas más importantes que a mi juicio tiene.
Primero, es sostenible financieramente, porque es sólido económicamente y no genera déficit para el futuro, sino que cada persona financia su propia pensión.
Segundo, es más justo. El antiguo sistema exigía un mínimo de años para pagar pensiones y en algunas de ellas pedían hasta 20 años. Si tenías 18, perdías todo tu ahorro, porque no tenías derecho a pensionarte. Se critica con razón, el monto de las pensiones, pero en este sistema todos tienen derecho a pago de pensión. Tercero, los beneficios del sistema dependen del esfuerzo del ahorro individual de cada cotizante y no obedece a la presión de los grupos de interés. El sesgo beneficiaba a los más poderosos que tenían poder político.
Cuarto, el sistema de pensiones y las AFPs han contribuido significativamente en el crecimiento de país, al fomentar el ahorro y la inversión, generando más y mejores empleos en el mercado.
Y quinto, es más eficiente, pues por cada unidad cotizada genera mejores pensiones.
AUTOCRÍTICA COM PARTIDA
¿Cómo puede mejorar el problema de las bajas pensiones, que es una de las grandes críticas que reciben las AFPs?
El sistema se diseñó hace más de 30 años y hasta la fecha no ha sufrido ningún cambio de tipo paramétrico. Otros países de la OCDE han tenido cambios en estos aspectos, en un periodo de tiempo mucho menor.
Es cosa de revisar, sigue siendo la misma edad de jubilación, la misma tasa de cotización, ¿es eso razonable? Hay variables que influyen de manera directa en el monto de las pensiones, por lo que el ahorro que se acumula es insuficiente. Creo que el sistema no está fallando, sino que hay que adecuarlo a los nuevos parámetros sociales.
¿Cuáles son estos parámetros y cómo influyen en concreto?
En primer lugar, está el aumento de las expectativas de vida. Desde que partiera el sistema, los hombres vivían en promedio 13,5 años más, desde la edad de jubilación, y hoy las tasas indican que serían 20 años; por lo que existe un aumento de 6,5 años en el período de pensión. En el caso de las mujeres, desde los 60 años, vivían en promedio 22 años, y hoy la expectativa de vida se extiende a 30 años. Solo este factor influye en el monto de las pensiones, produciendo una caída del orden del 30%.
En segundo lugar, está la disminución en las tasas de interés. Cuando el sistema empezó a pagar las primeras pensiones, existía una tasa fijada en 5% sobre el que se calculaban las rentabilidades futuras. Hoy en día tenemos tasas de interés cercanas al 3%, lo que impacta en el monto de pensión con una baja del orden del 20%. En tercer lugar, está la tasa de cotización que es bastante baja para hombres y mujeres, muy por debajo de las mundiales.
Las mujeres en promedio cotizan 15 años al momento de pensionarse y los hombres en promedio 24 años. El cuarto factor, es el ingreso tardío a la fuerza laboral. Hace algunas décadas, los trabajadores se iniciaban en el mundo laboral en promedio a los 20 años. Hoy, debido a que muchos siguen estudios superiores, inician su vida laboral a los 24 años aproximadamente. Esto también produce una caída en los montos de pensión del orden del 20%.
Todas las variables mencionadas es muy difícil que se reviertan en el tiempo y provocan que el ahorro acumulado no sea suficiente para pagar las pensiones que los cotizantes esperan.
Entendemos que las mejoras aplicadas a los sistemas de protección social se planifican con una visión de largo plazo, ¿pero cuáles son las medidas urgentes que deben considerarse?
Se debe aumentar gradualmente la tasa de cotización. Hay que igualar la edad de jubilación para las mujeres con la de los hombres, porque no se pueden financiar buenas pensiones para las mujeres con los parámetros actuales.
El rol del Estado es clave en lo que se refiere a fiscalización. Debería retomar el papel que cumplía en el pasado, pesquisando los casos de evasión en el pago de las cotizaciones previsionales, porque hay empleadores que no están cumpliendo con este deber.
Hoy esa labor está en manos de las AFPs y estas entidades no tienen la facultad para cumplirlo, lo que expone una debilidad del sistema. Hay que buscar una solución eficiente que permitirá aumentar la recaudación.
Finalmente, debemos aumentar la cobertura al Pilar Solidario que abarca al 60% de la población y debiera crecer al 80%. Hay que tener en cuenta que el gasto país en pensiones es un 3,5% del PIB; uno de los más bajos en el mundo, ya que en otros países el gasto es cercano al 10%, por lo que hay espacio para hacer un esfuerzo.
¿Las AFPs han desempeñado el papel que se esperaba dentro de este modelo? ¿Por qué?
Creo que la principal labor de las AFPs, que es administrar los fondos de pensiones e invertirlos, lo ha hecho muy bien. La rentabilidad que han logrado en estos años, ha sido la más alta. Pero la imagen que tiene la opinión pública de las aseguradoras no es tan buena.
Sí debo hacer una autocrítica. Creo que debimos elevar la voz y ser absolutamente claros en advertir que el sistema debía ajustar sus parámetros sociales a la realidad. Pienso que también se pudo hacer más, en uanto a la educación previsional, porque el desconocimiento que existe ha sido caldo de cultivo para que ciertos grupos se dediquen a desprestigiarlo. Pero ésta también era una labor que debió asumir y realizar el Gobierno.
¿Por qué se entiende tan poco el funcionamiento de nuestro sistema previsional?
Es un mercado complejo y nos faltó explicar con un lenguaje más simple temas muy técnicos que confunden a las personas. La normativa tampoco ayuda. Pero hoy hay esfuerzos notables de algunas AFPs y también de la Asociación, para comunicar de manera más adecuada estos temas tan relevantes.
La AAFP creó incluso una gerencia de educación para abordar esta debilidad.
Sin embargo, no puedo dejar de mencionar que me parece que de parte de la ciudadanía hay un rechazo hacia los asuntos previsionales. Como que no les interesa para nada comprender estos temas. Y ojo, que es una tendencia mundial, incluso en países desarrollados.
¿Cómo se podría llegar a diseñar un sistema eficiente y equitativo si hay diferencias tan profundas en las visiones de las partes?
Creo que si se hace un trabajo técnico de buen nivel, tendremos buenas soluciones. El diagnóstico es fundamental. En ese sentido, creo que la Comisión Bravo hizo un buen trabajo, pero no con la calidad del diagnóstico de la Comisión Marcel, quizás por la composición de los integrantes o por el tiempo que tuvo. Voy a insistir en la importancia de mirar hacia el largo plazo en el enfoque, porque es muy fácil engañarse en los sistemas de pensiones.
No lo veo como una tarea fácil, pero absolutamente factible. El comité de ministros pensaba elaborar una ley corta, y es posible hacer algo, una buena reforma para todos los chilenos. Yo soy un optimista moderado.