miércoles , octubre 26 2022

Sin licencia para enfermar

El aumento de rechazos y reducciones de licencias, tanto en Isapres como en Fonasa, tiene complicados a los trabajadores, quienes cada vez que su salud se deteriora sufren la disminución de sus sueldos. Algunas empresas ayudan a sus trabajadores, para enfrentar estos inconvenientes. La gran mayoría debe seguir lidiando con un problema del que nadie se hace cargo.

A nadie le gusta enfermarse. Días de píldoras, fiebre, reposo, dieta insípida, dolores, molestias, pésimo ánimo… en fin. Una situación a todas luces desagradable.

La mayoría de las veces, no podemos evitar que esto ocurra. Las enfermedades y los accidentes simplemente llegan, sin ser invitados.

La situación se vuelve complicada cuando además de la enfermedad, la licencia médica provoca un agujero económico en la billetera del paciente, es decir, el trabajador.

¿Pero por qué el pago de este subsidio por incapacidad laboral, se vuelve un problema si se supone, es un derecho?

Precisemos algunos conceptos.
Como ya dijimos, la licencia médica es un derecho del trabajador a ausentarse o reducir su jornada laboral por un plazo determinado, cumpliendo recomendaciones médicas. Este permiso debe ser reconocido por el empleador y autorizado por la Compin o Isapre, según corresponda.

Si el trabajador es afiliado a FONASA, deberá presentar su licencia en la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (COMPIN). Esta puede emitir los decretos, dictámenes, resoluciones y certificados correspondientes, así como también certificar la discapacidad de las personas.

Si el trabajador es afiliado a una ISAPRE, debe presentar su licencia ante la Isapre en la que es beneficiario. Siempre y cuando ésta no sea rechazada. Si es así, debe apelar a la COMPIN.

Los trabajadores dependientes del sector privado, afiliados a Isapres deben presentas las licencias a sus empleadores dentro del plazo de dos días hábiles contados desde la fecha de inicio del reposo consignado en la licencia. Para los trabajadores afiliados a Fonasa el plazo es de tres días.

El trabajador independiente, debe presentar la licencia directamente en la Subcomisión de la COMPIN Regional correspondiente a su domicilio, dentro de los dos días hábiles siguientes a la fecha de su emisión y siempre que esté dentro del período de vigencia del reposo.

En el caso de la Compin, esta entidad tiene tres días hábiles para pronunciar su resolución. Si hay objeciones o se requieren más antecedentes puede tomar 30 días hábiles para emitir un resultado. Si es necesario, volver a evaluar los antecedentes, que son siete días más de plazo para emitir un nuevo dictamen.

Por ley está estipulado que la licencia se debe pagar, al menos, con la misma periodicidad que la remuneración, sin que el plazo de pago, exceda en caso alguno, 30 días. En la práctica, las licencias médicas incluso podrían tardar en pagarse más de dos meses, cuando se presentan inconvenientes.

Licencias Objetadas

revista valoraEs así como hemos visto, durante este último tiempo un notable aumento de licencias médicas rechazadas o reducidas.

De acuerdo a cifras entregadas por FONASA, durante 2013 las licencias médicas rechazadas sumaron un total de 12%. Un 4% más respecto de 2009.

El porcentaje de licencias médicas que no requiere peritaje y que se pagan al paciente antes de que transcurran 30 días, cayó des un peak de 86% -obtenido en 2009- a un 65,5% registrado el año pasado.

El problema que afecta a la eficiencia de la COMPIN está claro. De acuerdo a antecedentes aportados por un reportaje de televisión, existían a principios de este año un total de 80 mil licencias no tramitadas. La realidad de esta entidad es que cuenta con 28 médicos controladores que deben revisar 2 mil licencias al año.

Si hacemos un simple ejercicio matemático, un médico debe revisar diariamente 420 licencias. Sumado a este déficit de personal calificado, la COMPIN tiene muy poca tecnología implementada.

En el caso de las Isapres, de acuerdo a una investigación de CIPER, el año 2010 el 27% de las licencias médicas eran rechazadas. Una de cada cuatro. Lo que representa el doble del sistema público.

Una de las razones más frecuentes por rechazo de licencia es reposo injustificado, cuando no se acepta la validez del reposo porque se considera que no hay incapacidad laboral temporal que impida al trabajador desempeñar sus labores.

Los afiliados pueden apelar a las propias Isapres y a la COMPIN, que en casi el 90% de los casos le da la razón parcial o completa al reclamante, y considerando que ese 10% restante aún puede recurrir a la Superintendencia de Seguridad Social y a los tribunales de justicia como última instancia.

Las dudas surgen en que se ha comprobado que los rechazos masivos de las licencias médicas podrían realizarse atendiendo a procesos en serie que no siempre realizarían profesionales médicos.

De acuerdo a un testimonio aportado a CIPER de un controlador médico, quien explicó que “debía revisar un promedio de 60 licencias por hora (una por minuto) y al final terminaba trabajando mucho más de lo que me pagaban. Obviamente, como en cualquier actividad, si tienen mucho trabajo y poco tiempo, el resultado no es prolijo”- comentó la fuente.

Estas situaciones generan desconfianza, porque es un conflicto de interés que sean las propias Isapres las que decidan si pagan o no una licencia médica, que impacta además en sus utilidades.

No obstante estos antecedentes, el gobierno ha decidido poner énfasis en las sanciones a médicos y pacientes que presentan licencias falsas y al aumento del gasto en el pago de licencias médicas curativas.

A juicio de los expertos estas medidas no resuelven los problemas que afectan a los trabajadores a quienes les reducen y rechazan sus licencias.

El oportuno beneficio

Quienes pertenecen a grandes y medianas empresas con interesantes paquetes de beneficios, no tienen que enfrentar reducciones en su remuneración líquida a causa de objeciones a las licencias médicas.

Una de estas, son las mineras Doña Inés de Collahuasi, en Iquique y Anglo American.

En Anglo American, Óscar Torres, gerente de recursos humanos y compensaciones, nos explica que en el caso de los empleados (operadores/mantenedores), la Compañía les anticipa el subsidio de licencias médicas. Luego, cuando la Isapre o Fonasa paga, se realiza el balance de montos. En el caso de los supervisores, la compañía garantiza el pago completo del sueldo líquido. Aunque esté con licencia médica, no ve alterada su remuneración.

Lo que buscan las empresas es proteger a sus trabajadores de tal forma que puedan trabajar tranquilos y hacer uso de las licencias médicas correspondientes para recuperar su salud, sin mayor preocupación por los descuentos o por alguna postergación de sus pagos.

En tanto, Paolo Romo, jefe de Remuneraciones de Collahuasi destaca que estos beneficios son entregados para evitar a los trabajadores un problema que deberían resolver las empresas prestadoras de salud.

Cuando el trabajador sufre algún desfase en su sueldo líquido al recuperar el monto de su licencia, ya sea por rechazo o reducción, produce también un impacto en la “caja” de la empresa.

“Muchas veces la empresa se encuentra con complicaciones cuando quiere recuperar estos dineros, pues se encuentra imposibilitado por los topes legales de descuentos. Por otro lado, a veces se debe asumir el costo administrativo de gestionar todos esos cobros. Cuando hay convenios colectivos con Isapres, estas entidades tienen un plazo mayor para pagar y se toman mucho tiempo para hacer las devoluciones. A veces por licencias breves no es un inconveniente, pero cuando las licencias son largas, se pueden producir diferencias de 15 mil pesos por trabajador y en altas dotaciones de empleados, termina siendo una importante cantidad”- asegura Paolo.

Debido al tiempo que se pierde en gestionar estos procesos de recuperación de dinero, muchas empresas optar por contratar servicios de consultoras que son expertas en recuperar pagos de licencias médicas.

Una de ellas es la empresa Alfredo Cruz & Cía. Este servicio específico contratado por empresas grandes, que tras la gestión consiguen el pago del 100% de las licencias en trámite.

Lo que permite recuperar una cantidad nada despreciable de $130 millones al mes, cantidad que de otra manera, se perdería, pues la Isapre paga sólo si la empresa realiza este trámite.

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